Galería Ehrhardt Flórez

Exposiciones

  • Kiko Pérez

Makulatur

28/05/2015 - 18/06/2015
Kiko Pérez, Makulatur (2015), vista general.
Kiko Pérez, Makulatur (2015), vista general.
Kiko Pérez, Makulatur (2015), vista general.
Kiko Pérez, Makulatur (2015), vista general.
Kiko Pérez, Makulatur (2015), vista general.
Kiko Pérez, Makulatur (2015), vista general.
Kiko Pérez, Makulatur (2015), vista general.
Kiko Pérez, Makulatur (2015), vista general.

Desde el estudio hasta la exposición el trabajo del artista suele acomodarse a las normas formales y metodológicas que rigen la hegemonía expositiva. El servilismo manifiesto de aquello que se hace visible exclusivamente en base a la reglamentación estandarizada de lo que hoy conocemos como arte contemporáneo, queda aquí, en esta exposición individual de Kiko Pérez, la segunda en la Galería Heinrich Ehrhardt, en entredicho. La verosimilitud y autenticidad con la que la obra se dispone en la galería de la misma manera que lo hace en el estudio construye unas lógicas de relación y contraste que son marginales a la hora de pensar las artes plásticas. Desde hace años Kiko Pérez traza un recorrido en el cual todo se ve; no esconde prácticamente nada; el error y el accidente encuentran la precisión y el matiz; el azar deriva en método y lo rutinario y conocido desaparece. La dificultad que atañe mostrar un trabajo en el contexto de un espacio artístico sin las condiciones propias de un sistema reglamentado, de ese cliché de la propia exposición, supone trasladar el propio estudio, la libertad del trabajo allí, al espacio jerarquizado de una galería. Esa ruptura, esa fragmentación y descontextualización del lugar genera una crudeza real en la que todo el desarrollo técnico y artesanal del trabajo de Kiko Pérez así como las dinámicas de construcción de formas y colores adquieren una dimensión auténtica, a escala real, que inhabilitan y suprimen el propio espacio expositivo en favor de una subversión de la forma, el estilo y la categoría. El trabajo de Kiko Pérez apunta hacia la desaparición de la concepción categorizada. Respondiendo a la invalidez del estilo, ya no hay formas identitarias, la categoría y el análisis de la obra que desde ella se realiza queda interrumpido por una desconexión de las lógicas establecidas. Las texturas, las líneas, los reflejos y el orden aparecen ahora desmontados y funcionando al margen del aparato conceptual sobre el que todo se desarrolla.

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En Makulatur, Kiko Pérez se ha centrado en el trabajo sobre papel pero no como un presupuesto previo sino como una condición a la que no le preceden decisiones. Ahora, de verdad, el artista parece haber decidido y seleccionado poco, y aunque en realidad haya sucedido todo lo contrario, la sensación es precisamente esa. Tras una pátina de inmediatez, en la obra reside una profunda carga de reflexión; la decisión es la obra en sí, el contraste y el tejido que línea a línea, collage tras collage y papel tras papel establece un desorden de normas, modos y categorías. Así, el sistema interior de cada pieza se traslada a la composición general de la muestra; el comportamiento interno de los elementos que componen una obra particular se extienden y recrean esa misma fórmula en el montaje expositivo.
Y mientras que algunas cuestiones que parecían básicas en su obra anterior, que no tenían visos de desaparecer, ahora son difíciles de encontrar, hay otras, que antes no asomaban, que se han convertido en relevantes a la hora de mirar la obra. Aunque el papel sea el referente ahora, la madera, y el resto de materiales con los que el artista ha ido ensayando, ha dejado su huella y como ese proceso verosímil del estudio a la galería, los materiales que hoy no se ven, están.

Papeles superpuestos que vuelven a mostrar las infinitas posibilidades de la yuxtaposición de varias piezas, formas geométricas de collage, pintura orgánica, manchas y secuencias abren un espectro de obra realmente inabarcable. Tal y como sostiene el propio artista se trata de “mecanismos alterados de la lógica de la pintura”. Ahora ya no hay formato, ya no hay idea previa, esto que se ve es lo anterior y lo posterior; un presente beligerante y continuo que rompe la dinámica del tiempo en la exposición y la mirada depositada en la obra. Iconos, símbolos, adoración, lo profano y lo sagrado tejiendo una enigmática red que nos conduce a una idea capital en la obra de Pérez: el misterio. Ese mismo que nos aproxima a una experiencia real con el material y con la propia experiencia artística. Hay algo primitivo y suprematista; una pulsión que se remonta al origen de las cosas. Un viaje donde todo está por suceder.

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